14.5.12

Lo desnudable.



Al sostener uno reprime ese consentimiento, entonces se regenera en ‘dichos y hechos’ que rellenan todos los escritos, en un visible cuerpo de caricias profundas que despierta el alma que posa en tu mirada, la que indaga el aire que absorbe mis venas y reside en sueños que descuartizan la realidad.
Siendo uno nos hablamos de un lado, encantados, envueltos, destrozados en tierra.
Vuelvo a entrelazar la vida que congela los recuerdos, que vive de momentos sin pensar si eso existe; siendo o no siendo termina ocurriendo y nadie se arrepiente del error cometido, inhalando el suero, conservando tus escritos nos llenamos de títulos sin buscarnos una razón que nos revelen, que nos disponga en acción de simple relevo que comprenda tu calma.
Fui el primero en despedir y el último en ir, en ir contigo.
Aun estas presente, seguís, como negando mi creencia a la eterna placidez, la que nos obliga a acercarnos, la que nos empuja.
Si al nombrarte recuerdo un ‘lo que siento’ también recuerdo que fui la inspiración a ello, y así fui callando mis dudas, lejos, creyendo que era suficiente mantener mi cuerpo distante.

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