16.5.12

La sangre no derramada.



Entre vientos que desgastan y no succionan, que des-comprenden el sentido horario, naufraga en vidas de cielo nocturno; ideas se apoderan y nunca cumplen su valor, carcomiendo a fuego lento el límite que nos delimita que nos la lleva sin nunca más volver. He aquí el prisionero en tinieblas, el prófugo nunca visto, el inverosímil jamás denominado, el progenitor que nunca fue padre asevera su indigencia en notas cortas.
Una pasión en semitono que nunca golpea pero lastima, que tiñe las heridas con pinturas de verde azulado en ácido sulfúrico, entre el cielo putrefacto con vientos descompuestos que derraman en océanos las lagrimas no cedidas.
He aquí el prisionero en tinieblas, el que arrepiente y no comprende, el que desea y perjudica, el que atrae y quita colmillos de lobo en tan hambrienta noche de histeria, airadamente disconforme entre sangres no derramadas que aúllan anocheceres eternos, tenebrosa somnolencia.
Entre vientos que desgastan, que descomponen ideales, se aprisiona en tinieblas carcomiendo el límite que jamás he de comprender, y así en lógica objeción la sangre no se mostrará y la hemos de imaginar sin nunca conocer

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