18.5.12

Gritos de/a oídos sordos.


Entorpece al silencio con palabras de bocas sucias, sin afinidad, sin verdades propias, sin exclamación. Resguarda los vientres vacios, los que no subsisten en palabras necias que hablan y no se expresan, diluidas sombras frontales que persiguen la existencia finita entre falacias que la componen.
Nos dejaremos oír por todos, en lenguajes universales, la enseñanza que uno conoce y no entiende, la manera refractada de la razón inhumana que dice verdades con gestos, las mímicas que no comprenden movimiento; palabras que asedian sin culpa alguna, en este lodo sumergible que asume su dirección.
Sabias lecciones a este torpe aprendizaje que habla y no escucha, en contratiempos que desentienden la comprensión primorosa. 
Te había sepultado sin saber que nunca habías cobrado vida, en eso distribuyo mis pensamientos inciertos, como descompaginándolos en afán de engañarnos con sólo escritos que repiten esta  historia que tuvo fin antes que un comienzo.
Hubiera gritado más alto para que así puedas escuchar mi nombre.

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