5.8.12

Si es que fue un deseo.



Si es que fue un deseo o una exhibición que cabalgaba en mi tumba, bien desecho, incorrecto, había sido una razón; pero en transes que sobrevienen, entre fases exiguas por las que decae mi tentación.

Entonces te respiro porque me siento impuro, entablando a lo lejos conversaciones a solas, por horas, por años, desestimando mi claridad, ignorando su desuello, el vestigio de la sonrisa a cara sucia, desestañando historias infinitas.

No me puedo exponer, no puedo contener mis principios desahogándome en frases; como un vaivén sin remedio, entonces el ¿Qué hago? Se desdice porque no funciona mi cuerpo a la par de mi cabeza cuando mis miedos comparten mi realidad, y mi persona no se acopla, mis sentidos se distribuyen en resultado al ‘temor a la vida’, subsidiando a mis complementos metafísicos.

Si es que fueras -nada más que- un deseo, bien podría ocultarte, desmarcarte, descartarte, desenmascararte, sin ya entender; porque lo estúpido es dicho, la objeción así demora y mi calma me otorga otra noche de sueño. Porque si fueras un deseo, no estaría en tus redes, en los transes impuros, en la tentación del infinito, cabalgando sucio, desentrañado, inmundo, descontrolado.

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