30.9.12

La melena despeinada.


Como fluye la virtud que desenvenena al opaco instante,
la muerte titubeante destruye al entorno conmocional, detallado, tallado, cohibido.

Riendas flojas, desenvainadas entre alambres de cera, indigentes conciertos destructivos de anhelos pasados; como fluye el entorno del fiel andante, del peregrino a raíces cortas, mareante nostalgia constitucional.

Hubieran cerrado sus ojos, hubieran dormido durante el día  para así conocer la noche, para conocernos mejor, mejor que siempre, no como siempre.

Hubieras tenido más paciencia y no insumido esa vista gorda que nos enreda en un ‘para qué’ que nos delibera.

Como fluye la melena descontrolada, la consistencia del ‘no’ con la insistencia del ‘si’, sin ordenes que opriman, sin papeles que los describan. Así sin vientre de madre sin  testículos de padre esas viejas contribuciones retardadas  entorpecen dignidades, carecen de voluntad.

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