14.10.12

Por todos esos lunes que han de venir.



Y una decadencia imparable, por un día después, sin mañana y tantos espacios en este punto y aparte.

Me decido y te rectifico como una figura sin retrato, como un mantel sin suciedad, siendo vos algo obsceno y centenares  de inquietudes de las que no puedo hablar. ¿Por qué estás y te vas si sos mi bien común? O un desperdicio, algo superfluo, como un mal sin medida, un laberinto sin salida y todavía me pregunto ¿por qué no llegas?

Fuiste todo y ‘aquello’ un pasado en resaca, un querer que acentúa y nuestras dudas que vivirán por siempre un ayer. Te quiero despierta, te consigno entre abierta como una puerta para obtener un poco más de vos.

Por todos esos días que reclaman, que se intercalan asumiendo el papel de domingo, y por en cuanto sigo entero, siendo el sabor de este miedo y cualquier extensión irregular.

Habíamos hablado tanto coqueteando nuestras palabras, conjugando nuestro absolutismo, disimulando nuestro lenguaje eterno, corporal/incierto reviviendo en una exclamación. Necesito tu cuerpo y un largavista más cualquier cosa que nos una, una urna que intercale, un buzón de quejas, una materia fecal en poesía dispareja, una rima que oprima su razón (de ser).

Por todos estos encuentros espontáneos y esta falta de sentimiento, estos errores que nunca se corrigen, este mal que persigue y mi debilidad se desgasta, mi cabeza no trabaja y mi cuerpo pide un descanso.

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